martes, 25 de octubre de 2016

Determinación de setas

1.- Reino Protozoa: No presentan pared celular y se alimentan por fagocitosis.
Incluye 4 flos, uno de ellos es F. Myxomycota.

2.- Reino Chromista: Son organismos protistas (del antiguo reino Protista) con mitocondrias
tubulares y con células que presentan fagelos pelosos. Incluye 3 flos, uno de ellos es
F. Oomycota, a este grupo pertenece Phytophtora infestans (podedumbre de la patata).

3.- Reino Fungi: Presentan paredes celulares de quitina y glucanos; emparentados con
animales, el grupo más primitivo conserva células fageladas. Incluye 4 flos: Chytridiomycota, 
Zygomycota, Ascomycota y Basidiomycota.


miércoles, 5 de octubre de 2016

Seguridad en el laboratorio de microbiología

El estudio de los agentes infecciosos que pueden ser patógenos para el hombre, los animales u otras formas de vida comporta riesgos que varían según el agente infeccioso y los procedimientos utilizados. Las normas de seguridad biológica pretenden reducir a un nivel aceptable el riesgo inherente a la manipulación del material peligroso, siendo muy rigurosas para los agentes más peligrosos y menos exigentes para los que causan problemas de menor entidad. Deben ser consideradas como compromisos destinados a conseguir que las personas que trabajan con agentes infecciosos en el laboratorio de Microbiología Clínica estén expuestas al mínimo riesgo posible, pero también para los visitantes e incluso para la comunidad. En nuestro país, la protección de los trabajadores frente a los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos está regulada por el Real Decreto (RD) 664/97 y la adaptación contenida en la Orden de 25 de marzo de 1998.
Por otra parte, el personal del laboratorio de Microbiología está expuesto a riesgos no biológicos (químicos y físicos) comunes a otros laboratorios. Entre las personas ajenas al trabajo en Microbiología Clínica, e incluso entre los propios trabajadores, existe la percepción muy extendida de que el riesgo más importante es el biológico, cuando la experiencia y las estadísticas demuestran que los accidentes más frecuentes son los físicos y químicos. Por lo tanto, es fundamental que las personas que trabajan allí sean conscientes de cuáles son los peligros reales, tanto en la vertiente teórica como en la práctica.
La razón de por qué los accidentes biológicos son menos frecuentes radica, precisamente, en la percepción del riesgo y en el entrenamiento específico. La actitud y el modo de proceder de aquellos que trabajan en el laboratorio de Microbiología determinan su propia seguridad, pero también la de sus compañeros, los visitantes e, incluso, la de la colectividad. El equipamiento y el diseño del laboratorio contribuyen a ésta sólo si las personas que trabajan en él están motivadas, conocen las normas de seguridad y las aplican.
Salvo en los laboratorios que trabajan con patógenos de alta peligrosidad, el riesgo real en los laboratorios de Microbiología es muy bajo, y ello se ha conseguido sin necesidad de buscar soluciones complejas o costosas. En la práctica, el riesgo depende básicamente de la motivación del personal, de la infraestructura y de la metodología. De nada sirven la mejor ingeniería sanitaria, un óptimo diseño arquitectónico o la tecnología más avanzada si el personal desconoce o incumple las medidas establecidas para su seguridad.
La formación es, pues, la clave de la eficacia de los programas de seguridad y ésta debe ser facilitada a todas las personas que están expuestas a los riesgos del laboratorio: personal técnico y administrativo, de mantenimiento, de limpieza, etc. A su vez, los trabajadores deben responsabilizarse de su propia seguridad y de la de sus compañeros una vez las normas de seguridad han sido establecidas, aprobadas, escritas y asumidas.
Un programa de seguridad gestionado por profesionales bien entrenados, con un alto grado de participación por parte de los trabajadores, puede llevar no sólo a una disminución del número de lesiones y enfermedades, sino también a un incremento de la satisfacción del trabajador y de la productividad. Es necesario por tanto estimular, desarrollar e implantar programas de seguridad y salud efectivos.
Aspectos organizativos y formativos: salud laboral
Deben existir normas escritas sobre salud y seguridad en el lugar de trabajo, incluyendo programas de inspección y monitorización (Manual de Seguridad) y normas de adiestramiento para trabajar de forma segura (Plan de Formación en Seguridad). La vigilancia de la salud de los trabajadores está regulada por ley. Los que desarrollan su labor en un laboratorio de Microbiología deben someterse a los mismos exámenes que el resto de personal. Aquéllos que estén expuestos a un riesgo determinado deben formar parte de programas apropiados de reconocimiento médico adicionales. Igualmente, cualquier exposición que suponga un riesgo de accidente deberá originar el inicio de una investigación específica y la práctica de las medidas de terapéuticas o de prevención postexposición oportunas.
Manual de seguridad
En todo laboratorio de Microbiología Clínica debe existir un Manual de Seguridad porque todo el personal tiene el derecho y el deber de conocer en profundidad los riesgos de su profesión. Es imposible protegerse de lo que se desconoce, de ahí la importancia de este Manual, su revisión periódica, su entrega con acuse de recibo a todo el personal del laboratorio y, sobre todo, la vigilancia de su cumplimiento.
Plan de emergencia
Emergencia es todo suceso que aparece de forma imprevista en cualquier lugar o actividad, de causa diversa y gravedad variable, y que requiere una acción inmediata. Para que un suceso sea considerado emergencia, éste debe ser incontrolado, suponer un riesgo importante, causar lesiones a las personas o daños en las instalaciones y exigir la actuación de una organización interna o externa para su control.